La ansiedad,un rival para la dieta.
Muchas personas suelen afirmar que comen de forma descontrolada por ansiedad, como si fuera un acción inevitable y que sobre pasan su control sobre consumir alimentos; aunque parezca mentira, esta situación resulta ser cierta en la mayoría de los casos, ya que encuentran en la comida la respuesta a sus estados de ánimo. Sin embargo, cuando este tipo de conducta se torna frecuente, puede llevar en la mayoría de los casos a ser causa de obesidad.
![](https://static.wixstatic.com/media/72febb_4cb700e624e84444b4d2bce27b4e09b6.jpg/v1/fill/w_980,h_651,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/72febb_4cb700e624e84444b4d2bce27b4e09b6.jpg)
Según los expertos, la explicación a este fenómeno se encuentra en nuestro cerebro específicamente en la zona centrada en la supervivencia y el control de los instintos primarios; la cual se encarga de controlar el deseo por la comida y la saciedad, ese efecto que nos hace sentir totalmente satisfechos y llenos, lo que nos indica que no necesitamos consumir alimentos nuevamente por un lapso prolongado de tiempo.
Así mismo, nuestro cerebro están involucrado en todos aquellos efectos asociados la ansiedad, tales como la aceleración del ritmo cardiaco, la respiración que se vuelve agitada y los músculos se tensionan o sea una situación de ansiedad en la que el cuerpo se prepara para un acontecimiento importante y como si hubiésemos realizado un gran esfuerzo físico.
Los episodios de ansiedad llevan un tiempo hasta que pasa; como una reacción natural del cuerpo, es despertar el apetito con el objeto de reponer calorías. Por esta razón muchas personas encuentran un alivio al llevándose cualquier cosa a la boca cuando está nervioso, haciéndoles sentir inmediatamente más tranquilos.
De allí que siempre se asocia la ingesta de alimentos con la relajación y por ello se utilizará la comida como un tranquilizante pero el problema real se produce cuando se aumentando la frecuencia de esos episodios y también la cantidad de comida ingerida, lo que produce un inevitablemente un aumento de peso.
Para evitar estos episodios de ansiedad y llegar a comer de más, es necesario aprender nuevas conductas que nos ayuden a manejar estas situaciones, como por ejemplo salir a caminar evitando a toca costa sentarse frente al televisor con una caja de galletas de chocolate o un pote de helado.
Para estas crisis de ansiedad, se pueden emplear técnicas de respiración que también sirven como ejercicios de relajación que se pueden practicar diariamente reduciendo significativamente los estados de ansiedad; algo similar se consigue con la práctica de actividad física que disminuye el estado de ansiedad e impide comer en exceso, además de ayudar a quemar calorías y activar el cuerpo.