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Deleite su paladar y aproveche los beneficios de las hormigas culonas.

Profit hoy le presentará un especial sobre una deliciosa tradición autóctona de los santandereanos, ‘las hormigas culonas’. Un delicioso platillo que cautiva los paladares de propios y extraños, además le aporta una gran cantidad de beneficios a su organismo ¡Anímese a probarlas!

Desde hace 500 años, cientos de santandereanos tienen como tradición esperar en la llegada de la hormiga culona, un auténtico manjar de la culinaria. Esta es la una hormiga comestible, la cual tiene un sabor agrio y un enorme trasero. Por lo general dichos insectos salen de los hormigueros donde hibernan en los valles de San Gil, Curití, Villanueva, Barichara y Guane, buscando los rayos del sol para el apareamiento. En ese momento son atrapadas por los campesinos, en bolsas, jarras, ollas, costales, para ser tostadas vivas al fogón.


Posteriormente, este platillo se fue popularizando en la cultura santandereana por su inconfundible sabor y por las bondades afrodisiacas que se les adjudica. Ahora, las culonas hacen parte de una tradición gastronómica, que luego de conquistar los paladares de los colombianos, ha llegado hasta Inglaterra, Alemania, Portugal, Canadá y Estados Unidos, donde son exportadas en grandes cantidades.

Beneficios de las hormigas culonas:

A esta hormiga que hoy recorre el mundo le son atribuidos poderes afrodisíacos, analgésicos y de longevidad; más aún si se consumen vivas, tras quitarles las alas, patas y pico.


Estudios de la Universidad Industrial de Santander se descubrió que es una fuente rica en ácidos grasos no saturados, es decir, previene enfermedades como el alto nivel de colesterol sanguíneo.


Por otra parte, expertos señalan que además poseen un enorme valor proteínico, puesto que contienen huevos, aceites y proteínas, que son muy nutritivas para la salud.


Además, la costumbre Guane de obsequiarlas como regalo de bodas, han sentado la base de la reputación del insecto como afrodisíaco. Ante tan prometedor escenario, algunos han buscado tomar control de la producción criando sus propias hormigas.


¿Cuánto cuestan?


En efecto, además de ser un manjar, las culonas son un magnífico negocio, según lo indicó Rosa Villabona, quien lleva más de 20 años cazando y cocinando hormigas culonas en las Provincias de Guanentá y Comunera.


Según ella cuando llega la temporada de hormigas en los meses de marzo a febrero, principalmente son vendidas en los mercados de El Socorro, San Gil y Bucaramanga, por precios entre los 8.000 y 12.000 pesos por libra. De cada libra de hormigas vivas se produce media libra de hormigas tostadas, que se venden en pequeños paquetes hasta de una docena, a 5.000 pesos.


Una libra de hormigas enteras y vivas cerca al hormiguero puede costar entre 4 y 5 dólares. Y una vez preparadas las hormigas, la libra puede alcanzar casi 12 dólares. Pero ese caso es en la zona donde salen a la superficie, porque en Bogotá el antojo puede llegar a costar hasta 30 dólares.


¿Cómo se preparan?

Para Rosa la preparación de este delicioso platillo es muy simple: “se le quitan las patas, alas y la cabeza. Luego de lavarlas se deben poner en el fuego sobre lozas delgadas de barro para tener una mejor manipulación del alimento. Posteriormente, se les riega agua sal para darles sabor, y finalmente se fríen. Se pueden comer como pasabocas, combinarlas con otros alimentos o usarlos como un ingrediente más para la pizza. Hoy en día es posible encontrarlas con diferentes colores y sabores. También las hay como golosinas recubiertas de chocolate para niños.


Según la experta se debe tener cuidado al comer las hormigas, puesto que en el paladar se debe tener cuidado con las patas. Por eso, si usted tiene un paladar exclusivo y atrevido, no dude en probar este exótico manjar, pero primero asegúrese que le hayan quitado bien las alas y las patas, ya que es común en Santander, oír la frase: “¡Se me quedó una pata en este diente, mija!”.


¿A qué sabe la hormiga?

Según dicen muchos de los que las han probado, las hormigas tienen un sabor exquisito. Rosa Villabona, afirmó: “que la primera vez las probó se sorprendió con su saber, pues se le pareció mucho al maní y quedó con ganas de más.


Para Elizabeth Bendel, turista Norteamérica, señaló que le encanta consumir las hormigas culonas cada vez que viaja a Colombia: “Encuentro que son algo muy excitante e inusual”.


Mira como reaccionaron algunas personas al probarlas:


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